Hola de nuevo.
He actualizado el post de "información importante" porque gracias al amigo Pintxivan del foro de furgovw he sabido exactamente para qué sirve la pegatina de Eslovenia. Es información fiable porque lo preguntó en la embajada.
Aunque como he dicho, he actualizado el post, os explico aquí también en qué consiste:
La viñeta solo es necesario si circulas por las autopistas, para el resto de carreteras no es necesario. Y en cuanto a los peajes no se pueden pagar porque no existen asi que "solo" se "puede" adquirir la viñeta si quieremos evitar la multa.
Aquí tenéis el mapa con las autopistas http://www.dars.si/Dokumenti/Toll/Toll_system_and_roads_298.aspx
Espero que os sirva de ayuda.
Por cierto... Alguno de los que ha ido este año quiere contarnos qué tal le ha ido?
Un saludo!
miércoles, 23 de septiembre de 2009
viernes, 17 de julio de 2009
Isla de Mljet
Hola a tod@s.
Ya siento no haber escrito en este tiempo, pero no he podido. Os prometí que aunque ya había terminado de relatar nuestro viaje, os iba a dar algo más de información sobre los sitios que yo no pude visitar y me hubiera gustado hacerlo. Uno de esos lugares sin ninguna duda es la isla de Mljet, declarada Parque Nacional.
La isla de Mljet está situada al sudoeste de la ciudad de Dubrovnik, un poco más al sur que la península de Peljesac. Esta isla es particular por sus dos lagos, el Lago Mayor (Veliko jezero) y el Lago Menor (Malo jezero), y por sus bosques únicos de encina. En la parte sur de la isla el mar penetra en la misma a través de un estrecho apenas perceptible formando el Lago Mayor y luego, a través de un estrecho aun más angosto, el Lago Menor. Observados desde el aire, los lagos de verdad parecen lagos, aunque realmente se trate de dos ensenadas. Puesto que el cauce que los une con el mar abierto es muy estrecho y llano, la temperatura del agua en los lagos es muy superior a la del mar abierto.
A la isla de Mljet se puede llegar de varias formas. Yo vi que partían ferrys desde cerca de Ston, más concretamente desde Prapratno, pero también hay ferrys desde Dubrovnik por ejemplo. Antes se podía llegar en ferry hasta el mismo parque, pero ahora los ferrys sólo llegan hasta Sobra. Para entrar al parque hay que llegar a Polace (bueno, en realidad hasta Pomena), que está a unos 25-30 kilómetros de Sobra.
Para llegar desde Sobra hasta Polace se puede coger un autobús o alquilar un coche. Por lo que he podido investigar, el autobús tiene muy pocos horarios y a veces hay que esperar bastante para cogerlo. Hay que tener mucho cuidado con los horarios de los autobuses y de los ferrys, porque debe de haber pocos autobuses para volver del parque al ferry, así que hay que andar al loro para no perder el ferry.
El Parque Nacional de Mljet no es excesivamente grande. Se puede recorrer a pie haciendo una larga caminata o se pueden alquilar unas bicicletas para realizar un recorrido completo por 7 euros el día.
El recorrido empieza en Pomena, pero en el precio de la entrada al parque (unos 12 euros) entra el recorrido en barca para llegar a un monasterio que está en un islote y creo que también entra el autobús de ida y vuelta de Polace a Pomena. El recorrido tiene bastantes cuestas, pero tiene la ventaja de que está rodeado de agua en la que te puedes bañar. Sí, en este Parque Nacional está permitido el baño y además mucha gente aprovecha para hacer snorkel o submarinismo porque las aguas son de un cristalino espectacular y hay muchísima fauna y flora marina.
Como os he dicho, hay un monasterio en un islote en medio del lago Mayor. Para llegar a él hay que coger una barca que entra en el precio de la entrada. El monasterio es un monasterio benedictino del siglo XII que alberga la iglesia de Santa María. Se construyó en el siglo XIII, cuando la isla fue dada a la Orden de los benedictinos. El monasterio está en perfecto estado porque ha sido reconstruido en varias ocasiones. La arquitectura del edificio es románica, pero se pueden distinguir perfectamente añadidos renacentistas y barrocos. Si se quiere, se puede comer en el mismo monasterio, porque desde hace unos 10 años se ha convertido en un restaurante que tiene muchísimo encanto. Eso sí, debe de ser bastante caro, así que si no queréis pagar mucho, os aconsejo como siempre que os llevéis el mítico bocadillo.
A la vuelta, cuando lleguéis a Polace, podéis ir a ver el palacio romano del sigo V aproximadamente. Su base es rectangular y en las esquinas frontales hay dos torres poligonales separadas por un embarcadero.
PD: Insisto en que yo no he estado en este lugar, así que esta información no es tan fiable como la del resto del blog que es contada de primera mano. Lo único que he hecho aquí es plasmar toda la información que yo tenía para visitar la isla de Mljet, pero al final lamentablemente no conseguí llegar a visitarla.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
Ya siento no haber escrito en este tiempo, pero no he podido. Os prometí que aunque ya había terminado de relatar nuestro viaje, os iba a dar algo más de información sobre los sitios que yo no pude visitar y me hubiera gustado hacerlo. Uno de esos lugares sin ninguna duda es la isla de Mljet, declarada Parque Nacional.
La isla de Mljet está situada al sudoeste de la ciudad de Dubrovnik, un poco más al sur que la península de Peljesac. Esta isla es particular por sus dos lagos, el Lago Mayor (Veliko jezero) y el Lago Menor (Malo jezero), y por sus bosques únicos de encina. En la parte sur de la isla el mar penetra en la misma a través de un estrecho apenas perceptible formando el Lago Mayor y luego, a través de un estrecho aun más angosto, el Lago Menor. Observados desde el aire, los lagos de verdad parecen lagos, aunque realmente se trate de dos ensenadas. Puesto que el cauce que los une con el mar abierto es muy estrecho y llano, la temperatura del agua en los lagos es muy superior a la del mar abierto.
A la isla de Mljet se puede llegar de varias formas. Yo vi que partían ferrys desde cerca de Ston, más concretamente desde Prapratno, pero también hay ferrys desde Dubrovnik por ejemplo. Antes se podía llegar en ferry hasta el mismo parque, pero ahora los ferrys sólo llegan hasta Sobra. Para entrar al parque hay que llegar a Polace (bueno, en realidad hasta Pomena), que está a unos 25-30 kilómetros de Sobra.
Para llegar desde Sobra hasta Polace se puede coger un autobús o alquilar un coche. Por lo que he podido investigar, el autobús tiene muy pocos horarios y a veces hay que esperar bastante para cogerlo. Hay que tener mucho cuidado con los horarios de los autobuses y de los ferrys, porque debe de haber pocos autobuses para volver del parque al ferry, así que hay que andar al loro para no perder el ferry.
El Parque Nacional de Mljet no es excesivamente grande. Se puede recorrer a pie haciendo una larga caminata o se pueden alquilar unas bicicletas para realizar un recorrido completo por 7 euros el día.
El recorrido empieza en Pomena, pero en el precio de la entrada al parque (unos 12 euros) entra el recorrido en barca para llegar a un monasterio que está en un islote y creo que también entra el autobús de ida y vuelta de Polace a Pomena. El recorrido tiene bastantes cuestas, pero tiene la ventaja de que está rodeado de agua en la que te puedes bañar. Sí, en este Parque Nacional está permitido el baño y además mucha gente aprovecha para hacer snorkel o submarinismo porque las aguas son de un cristalino espectacular y hay muchísima fauna y flora marina.
Como os he dicho, hay un monasterio en un islote en medio del lago Mayor. Para llegar a él hay que coger una barca que entra en el precio de la entrada. El monasterio es un monasterio benedictino del siglo XII que alberga la iglesia de Santa María. Se construyó en el siglo XIII, cuando la isla fue dada a la Orden de los benedictinos. El monasterio está en perfecto estado porque ha sido reconstruido en varias ocasiones. La arquitectura del edificio es románica, pero se pueden distinguir perfectamente añadidos renacentistas y barrocos. Si se quiere, se puede comer en el mismo monasterio, porque desde hace unos 10 años se ha convertido en un restaurante que tiene muchísimo encanto. Eso sí, debe de ser bastante caro, así que si no queréis pagar mucho, os aconsejo como siempre que os llevéis el mítico bocadillo.
A la vuelta, cuando lleguéis a Polace, podéis ir a ver el palacio romano del sigo V aproximadamente. Su base es rectangular y en las esquinas frontales hay dos torres poligonales separadas por un embarcadero.
PD: Insisto en que yo no he estado en este lugar, así que esta información no es tan fiable como la del resto del blog que es contada de primera mano. Lo único que he hecho aquí es plasmar toda la información que yo tenía para visitar la isla de Mljet, pero al final lamentablemente no conseguí llegar a visitarla.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
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- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
Etiquetas:
Croacia,
Mljet,
monasterio benedictino,
palacio romano,
Parque Nacional de Mljet
viernes, 22 de mayo de 2009
Hola a tod@s de nuevo...
Ya lo siento, pero no he tenido tiempo de seguir escribiendo. No tengo tiempo para nada... Pero me he acordado de un detalle que a alguno igual le viene bien, así que aquí estoy para comentároslo rápidamente.
Es acerca de Skradin, el pueblo desde donde fuimos al Parque Nacional de Krka. Si vais paseando por el paseo que da al puerto, es decir, el camino que rodea el pueblo tipo paseo maritimo por llamarlo de alguna manera, al final llegareis a un punto donde tendréis que dejar el agua e introduciros hacia el pueblo nuevamente. Allí hay una panadería (para que os situeis) y a la vuelta hay unos baños y unas duchas. Nosotros no pagamos ni un duro ni había allí nadie controlando, así que supongo que será gratis. Había gente duchandose tranquilamente y el agua era caliente.
Ahí queda eso... Por si le viene bien a alguien, que seguro que sí.... jejeje.
A ver si saco un rato para seguir contando más cosas.
Ya lo siento, pero no he tenido tiempo de seguir escribiendo. No tengo tiempo para nada... Pero me he acordado de un detalle que a alguno igual le viene bien, así que aquí estoy para comentároslo rápidamente.
Es acerca de Skradin, el pueblo desde donde fuimos al Parque Nacional de Krka. Si vais paseando por el paseo que da al puerto, es decir, el camino que rodea el pueblo tipo paseo maritimo por llamarlo de alguna manera, al final llegareis a un punto donde tendréis que dejar el agua e introduciros hacia el pueblo nuevamente. Allí hay una panadería (para que os situeis) y a la vuelta hay unos baños y unas duchas. Nosotros no pagamos ni un duro ni había allí nadie controlando, así que supongo que será gratis. Había gente duchandose tranquilamente y el agua era caliente.
Ahí queda eso... Por si le viene bien a alguien, que seguro que sí.... jejeje.
A ver si saco un rato para seguir contando más cosas.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Día 21 y 22: Viaje de vuelta a casa
26-08-08 y 27-08-08 (Leer el día anterior)
El día 26 de agosto lo empleamos íntegramente en volver a casa. No hicimos ninguna "parada turística" aunque estuvimos barajando la posibilidad de parar en Andorra. De todas formas os voy a dar una idea. Si queréis y tenéis tiempo, a la vuelta podéis pasar por Chamonix y admirar el Montblanc, el Aguille du Midi y el glaciar del gigante.
Nosotros estuvimos a punto de parar en Biarritz a dormir para dar una vueltilla por allí al día siguiente, pero al final seguimos adelante. Llegamos a Oñati el día 27 de agosto a las 3 de la mañana.
¡Al final hicimos un total de 9457km! La verdad es que fue un viaje inolvidable y creo que fue todo un acierto ir en furgoneta. Hemos visto lugares realmente hermosos y la experiencia de la furgoneta ha sido inmejorable (era nuestro primer viaje largo en furgoneta).
Hasta aquí llega nuestro diario personal del viaje. De todas formas, yo me quedé con ganas de visitar algunas cosas más, así que intentaré seguir escribiendo entradas con toda la información que tengo de esos otros lugares que también es recomendable visitar en Croacia.
Espero que la información haya sido de vuestro agrado y que os sirva de ayuda para planificar vuestro viaje o para viajar desde vuestro sillón.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
El día 26 de agosto lo empleamos íntegramente en volver a casa. No hicimos ninguna "parada turística" aunque estuvimos barajando la posibilidad de parar en Andorra. De todas formas os voy a dar una idea. Si queréis y tenéis tiempo, a la vuelta podéis pasar por Chamonix y admirar el Montblanc, el Aguille du Midi y el glaciar del gigante.
Nosotros estuvimos a punto de parar en Biarritz a dormir para dar una vueltilla por allí al día siguiente, pero al final seguimos adelante. Llegamos a Oñati el día 27 de agosto a las 3 de la mañana.
¡Al final hicimos un total de 9457km! La verdad es que fue un viaje inolvidable y creo que fue todo un acierto ir en furgoneta. Hemos visto lugares realmente hermosos y la experiencia de la furgoneta ha sido inmejorable (era nuestro primer viaje largo en furgoneta).
Hasta aquí llega nuestro diario personal del viaje. De todas formas, yo me quedé con ganas de visitar algunas cosas más, así que intentaré seguir escribiendo entradas con toda la información que tengo de esos otros lugares que también es recomendable visitar en Croacia.
Espero que la información haya sido de vuestro agrado y que os sirva de ayuda para planificar vuestro viaje o para viajar desde vuestro sillón.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
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martes, 5 de mayo de 2009
Día 20: Venecia
25-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Como habíamos dormido en una estación de servicio cerca de Venecia, no tuvimos que conducir mucho para llegar prontito. Para aparcar, os recomiendo el parking Tronchetto. Para llegar ahí hay que cruzar el puente largo que lleva a Venecia y girar a la derecha. El precio es de 3 euros la hora o 20 euros si se está entre 7 y 24 horas. Se paga a la salida, así que no hay que decidir qué tarifa coger, si te pasas de 7 horas te cobran 20 euros y listo. Sí, es caro, pero ya hemos salido de Croacia, ahora estamos en Italia!
Desde este parking salen barcos (vaporetto) hacia el centro de Venecia pasando por el Gran Canal. El vaporetto es como un autobús acuático y es el medio de transporte más utilizado, tanto para moverse dentro de la ciudad de Venecia, como para desplazarse hacia las vecinas islas de Murano, Burano o La Giudecca. El ticket de ida vale 6,5 euros y sirve para viajar durante 60 minutos en una única dirección cogiendo todos los vaporetti que nos haga falta. El ticket de vuelta vale lo mismo, así que ida y vuelta cuesta en total 13 euros por persona. Bueno, pues por un euro más, es decir, por 14 euros, se puede comprar el ticket válido para todos los buses y vaporetti durante 12 horas. Obviamente cogimos ese ticket. ¡Sí, también es caro! ¡Bienvenidos a Venecia! Hay más tipos de ticket dependiendo del tiempo, la edad y los días que se vayan a pasar en Venecia, pero no recuerdo los precios de todos.
Nosotros navegamos por el Gran Canal y nos bajamos cerca de la plaza de San Marcos (Piazza San Marco). Allí mismo hay una oficina de información y turismo donde pudimos comprar un mapa de la ciudad que venía con una guía fácil donde explicaba los lugares más importantes de Venecia. El mapa y la guía estaban muy bien pero nos clavaron otros 2’50 euros. Y para terminar con el tema de los precios os diré que nos cobraron 1 euro por entrar a un baño. Bueno, después de esta pequeña reivindicación, sigo con nuestro recorrido.
Salimos de la oficina de turismo y nos dirigimos a la plaza San Marcos. En esta famosa plaza se encuentra la también famosa basílica de San Marcos y el Palacio Ducal (Palazzo Ducale). Si entráis al Palacio Ducal podréis pasar por uno de los puentes más famosos de Venecia, el Puente de los Suspiros. Este puente une las dependencias judiciales del Palacio Ducal con los calabozos de la inquisición. Su nombre proviene de los suspiros que debían realizar los prisioneros al poder ver por última vez tanto el cielo como el mar antes de entrar en los calabozos. Para tener una buena panorámica del puente hay que acercarse al Rio Di Palazzo, el canal que pasa bajo el puente. Nosotros no tuvimos mucha suerte y nos encontramos el puente envuelto en andamios llenos de propaganda.
En la plaza San Marcos también está el Campanario de San Marcos, que es el campanario de la basílica y la Torre del Reloj. El campanario tiene una altura de 98,6 metros y está situado en una esquina de la plaza. La Torre del Reloj (Torre dell'Orologio) alberga el reloj más importante de la ciudad, un enorme reloj esmaltado de azul y dorado que marca las horas, las fases de la luna y el zodiaco. Servía de referencia para los navegantes, que podían saber los movimientos de las mareas y cuáles eran los mejores meses para emprender un viaje por el mar. Más arriba, hay un nicho con una Virgen, y a los lados están las dos puertas de las que, los días de la Epifanía y de la semana de la Ascensión, salen los Magos para tocar las horas y, junto a un ángel, se inclinan delante de la Virgen. En el punto más alto de la torre hay dos estatuas de bronce, conocidas como los “moros que, gracias a un mecanismo complejo, marcan las horas tocando la campana.
Pasando por debajo del reloj y callejeando por las calles de Venecia siguiendo las señales que indican Rialto, llegamos al famoso Puente de Rialto. Este puente también es conocido como el puente de los enamorados y cruza el Gran Canal. A cualquier hora del día el puente está lleno de gente, que curiosea entre las tiendas de recuerdos y artesanía, o que simplemente toma una foto de uno de los lugares más encantadores de Venecia. En esta zona podemos admirar los típicos pirulos (no sé cómo se llaman en realidad) donde “aparcan” las hermosas góndolas. Ni que decir tiene que se puede dar un paseo en góndola, eso sí, ya podéis preparar las carteras. Nosotros nos conformamos con pasear en vaporetti…
En mi opinión, la mejor forma de conocer Venecia es callejeando por sus calles. Lo mejor es perderte por sus estrechas calles cruzando los canales por los numerosos puentes y disfrutar de todos los escaparates de las tiendas. También recomiendo entrar a las tiendas donde tienen expuestas las típicas y asombrosas máscaras del carnaval veneciano. Unas máscaras mucho más asequibles son las pequeñitas, de adorno, que se pueden ver por doquier. Las calles están llenas de tienditas y chiringuitos y en la mayoría se pueden encontrar estas bonitas máscaras.
Otro elemento muy bello y típico de Venecia es el cristal de Murano. Hay verdaderas maravillas expuestas en las tiendas, pero ya que estamos aquí, ¿qué mejor que ir a la mismísima isla de Murano a conocerla de cerca? Para llegar allí hay que coger otro vaporetti y como hemos comprado el ticket para 12 horas, no tenemos que pagar más por ello. ¡Perfecto! En realidad Murano no es una isla, sino un archipiélago formado por 5 islas unidas por puentes. Está a unos 16 kilómetros de Venecia.
Como ya he dicho, tomamos un vaporetti y salimos por el Gran Canal, admirando la plaza de San Marco y el Puente de los Suspiros desde otra perspectiva. Una vez en la isla, paseamos por sus calles y entramos en la mayoría de las tiendas donde venden este maravilloso cristal para admirar las verdaderas obras de arte que hacen con el. En algunas de ellas estaban los artesanos trabajando. Todo un lujo. Las atracciones de la isla son la Iglesia de Santa María y San Donato, conocida por sus mosaicos bizantinos del siglo XII y porque se dice que alberga los huesos de un dragón que mató San Donato; la Iglesia de San Pietro Martire y el Palacio da Mula.También hay un Museo del Cristal que se encuentra en el Palacio Giustinian, pero nosotros no entramos. Lo siento, pero no recuerdo el precio. Se nos hacía un poco tarde y volvimos a coger un vaporetti para volver a la plaza de San Marcos y hacer las últimas compras, ya que estaban empezando a cerrar las tiendas. Volvimos a pasar por el puente Rialto y cuando empezaba a hacerse de noche volvimos al parking en otro vaporetti. Pagamos los 20 euros de parking y nos marchamos a dormir a una estación de servicio cerca de Piacenza.
NOTA: Por supuesto, en Venecia hay muchísimas más cosas, pero nosotros sólo teníamos un día para verlo, así que no entramos a ningún sitio. Yo he descrito un poco más o menos lo que vimos nosotros, así que si tenéis más tiempo podréis llegar a ver más cosas.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
Como habíamos dormido en una estación de servicio cerca de Venecia, no tuvimos que conducir mucho para llegar prontito. Para aparcar, os recomiendo el parking Tronchetto. Para llegar ahí hay que cruzar el puente largo que lleva a Venecia y girar a la derecha. El precio es de 3 euros la hora o 20 euros si se está entre 7 y 24 horas. Se paga a la salida, así que no hay que decidir qué tarifa coger, si te pasas de 7 horas te cobran 20 euros y listo. Sí, es caro, pero ya hemos salido de Croacia, ahora estamos en Italia!
Desde este parking salen barcos (vaporetto) hacia el centro de Venecia pasando por el Gran Canal. El vaporetto es como un autobús acuático y es el medio de transporte más utilizado, tanto para moverse dentro de la ciudad de Venecia, como para desplazarse hacia las vecinas islas de Murano, Burano o La Giudecca. El ticket de ida vale 6,5 euros y sirve para viajar durante 60 minutos en una única dirección cogiendo todos los vaporetti que nos haga falta. El ticket de vuelta vale lo mismo, así que ida y vuelta cuesta en total 13 euros por persona. Bueno, pues por un euro más, es decir, por 14 euros, se puede comprar el ticket válido para todos los buses y vaporetti durante 12 horas. Obviamente cogimos ese ticket. ¡Sí, también es caro! ¡Bienvenidos a Venecia! Hay más tipos de ticket dependiendo del tiempo, la edad y los días que se vayan a pasar en Venecia, pero no recuerdo los precios de todos.
Nosotros navegamos por el Gran Canal y nos bajamos cerca de la plaza de San Marcos (Piazza San Marco). Allí mismo hay una oficina de información y turismo donde pudimos comprar un mapa de la ciudad que venía con una guía fácil donde explicaba los lugares más importantes de Venecia. El mapa y la guía estaban muy bien pero nos clavaron otros 2’50 euros. Y para terminar con el tema de los precios os diré que nos cobraron 1 euro por entrar a un baño. Bueno, después de esta pequeña reivindicación, sigo con nuestro recorrido.
Salimos de la oficina de turismo y nos dirigimos a la plaza San Marcos. En esta famosa plaza se encuentra la también famosa basílica de San Marcos y el Palacio Ducal (Palazzo Ducale). Si entráis al Palacio Ducal podréis pasar por uno de los puentes más famosos de Venecia, el Puente de los Suspiros. Este puente une las dependencias judiciales del Palacio Ducal con los calabozos de la inquisición. Su nombre proviene de los suspiros que debían realizar los prisioneros al poder ver por última vez tanto el cielo como el mar antes de entrar en los calabozos. Para tener una buena panorámica del puente hay que acercarse al Rio Di Palazzo, el canal que pasa bajo el puente. Nosotros no tuvimos mucha suerte y nos encontramos el puente envuelto en andamios llenos de propaganda.
En la plaza San Marcos también está el Campanario de San Marcos, que es el campanario de la basílica y la Torre del Reloj. El campanario tiene una altura de 98,6 metros y está situado en una esquina de la plaza. La Torre del Reloj (Torre dell'Orologio) alberga el reloj más importante de la ciudad, un enorme reloj esmaltado de azul y dorado que marca las horas, las fases de la luna y el zodiaco. Servía de referencia para los navegantes, que podían saber los movimientos de las mareas y cuáles eran los mejores meses para emprender un viaje por el mar. Más arriba, hay un nicho con una Virgen, y a los lados están las dos puertas de las que, los días de la Epifanía y de la semana de la Ascensión, salen los Magos para tocar las horas y, junto a un ángel, se inclinan delante de la Virgen. En el punto más alto de la torre hay dos estatuas de bronce, conocidas como los “moros que, gracias a un mecanismo complejo, marcan las horas tocando la campana.
Pasando por debajo del reloj y callejeando por las calles de Venecia siguiendo las señales que indican Rialto, llegamos al famoso Puente de Rialto. Este puente también es conocido como el puente de los enamorados y cruza el Gran Canal. A cualquier hora del día el puente está lleno de gente, que curiosea entre las tiendas de recuerdos y artesanía, o que simplemente toma una foto de uno de los lugares más encantadores de Venecia. En esta zona podemos admirar los típicos pirulos (no sé cómo se llaman en realidad) donde “aparcan” las hermosas góndolas. Ni que decir tiene que se puede dar un paseo en góndola, eso sí, ya podéis preparar las carteras. Nosotros nos conformamos con pasear en vaporetti…
En mi opinión, la mejor forma de conocer Venecia es callejeando por sus calles. Lo mejor es perderte por sus estrechas calles cruzando los canales por los numerosos puentes y disfrutar de todos los escaparates de las tiendas. También recomiendo entrar a las tiendas donde tienen expuestas las típicas y asombrosas máscaras del carnaval veneciano. Unas máscaras mucho más asequibles son las pequeñitas, de adorno, que se pueden ver por doquier. Las calles están llenas de tienditas y chiringuitos y en la mayoría se pueden encontrar estas bonitas máscaras.
Otro elemento muy bello y típico de Venecia es el cristal de Murano. Hay verdaderas maravillas expuestas en las tiendas, pero ya que estamos aquí, ¿qué mejor que ir a la mismísima isla de Murano a conocerla de cerca? Para llegar allí hay que coger otro vaporetti y como hemos comprado el ticket para 12 horas, no tenemos que pagar más por ello. ¡Perfecto! En realidad Murano no es una isla, sino un archipiélago formado por 5 islas unidas por puentes. Está a unos 16 kilómetros de Venecia.
Como ya he dicho, tomamos un vaporetti y salimos por el Gran Canal, admirando la plaza de San Marco y el Puente de los Suspiros desde otra perspectiva. Una vez en la isla, paseamos por sus calles y entramos en la mayoría de las tiendas donde venden este maravilloso cristal para admirar las verdaderas obras de arte que hacen con el. En algunas de ellas estaban los artesanos trabajando. Todo un lujo. Las atracciones de la isla son la Iglesia de Santa María y San Donato, conocida por sus mosaicos bizantinos del siglo XII y porque se dice que alberga los huesos de un dragón que mató San Donato; la Iglesia de San Pietro Martire y el Palacio da Mula.También hay un Museo del Cristal que se encuentra en el Palacio Giustinian, pero nosotros no entramos. Lo siento, pero no recuerdo el precio. Se nos hacía un poco tarde y volvimos a coger un vaporetti para volver a la plaza de San Marcos y hacer las últimas compras, ya que estaban empezando a cerrar las tiendas. Volvimos a pasar por el puente Rialto y cuando empezaba a hacerse de noche volvimos al parking en otro vaporetti. Pagamos los 20 euros de parking y nos marchamos a dormir a una estación de servicio cerca de Piacenza.
NOTA: Por supuesto, en Venecia hay muchísimas más cosas, pero nosotros sólo teníamos un día para verlo, así que no entramos a ningún sitio. Yo he descrito un poco más o menos lo que vimos nosotros, así que si tenéis más tiempo podréis llegar a ver más cosas.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
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jueves, 30 de abril de 2009
Día 19: Baska - Krk
24-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Esa noche cayó un chaparrón y el tiempo ya estaba un poco revuelto. Cuando nos levantamos, acercamos la furgoneta un poco más al pueblo. La aparcamos en la cuesta arriba que va al camping naturista. De allí bajamos andando al pueblo y dimos un bonito paseo por Baska. Como ya he dicho, el tiempo estaba un poco revuelto y aunque no hacía frío, sí hacía viento. También había bastante oleaje y la verdad es que a nosotros no nos apeteció mucho ir a la playa, pero la gente estaba gozando en el agua. Supongo que será porque allí es muy raro que haya olas. Y bueno, he dicho que estaban gozando, pero ya vimos también a una pareja y a alguno más que lo pasó muy muy mal a la hora de salir del agua, porque les llevaba la corriente y no podían llegar a la orilla. Nosotros nos conformamos con mirar paseando por el paseo de la playa comiéndonos una especie de crep de chocolate que habíamos comprado por 7KN. Muy rico!
Cuando dimos por finalizado el paseo diurno por Baska, volvimos a la furgoneta y subimos a una ermita que hay en un alto. Se puede subir en coche, pero la carretera es estrecha. Desde allí arriba hay unas vistas maravillosas de Baska y de su enorme playa.
De allí tomamos rumbo a Krk. Todos los parkings que encontramos eran de pago o estaban lejísimos, así que aparcamos en uno por 3KN la hora. El problema era que había que pagar por adelantado (era con parquímetro, como muchos en esta isla) y no sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar. Echamos 9KN, para 3 horas. En Krk no hicimos nada especial. Simplemente paseamos por sus calles, vimos el reloj de sol, las murallas y buscamos unos mosaicos que no encontramos. Nos comimos un riquísimo kebap por 25KN cada uno y compramos bebidas en un supermercado por 13,50KN. Seguimos paseando y volvimos a la furgoneta. Aunque no hacía mucho calor, fuimos en busca de una playa cercana a Krk para darnos lo que sería nuestro último chapuzón croata. Llegamos por casualidad a una enorme y animada playa donde había partidos de voley-playa, chiringuitos, toboganes y unos hinchables dentro del agua. Por supuesto para montarse en estos dos últimos había que pagar. El agua estaba un poco fría, aceitosa y no muy limpia. Después de estar un rato allí, nos despedimos de Croacia, gastamos las kunas que nos quedaban, y salimos dirección Italia para acercarnos lo más posible a Venecia.
Llegamos bastante tarde, pero dormimos en una estación de servicio cerca de Venecia.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
Esa noche cayó un chaparrón y el tiempo ya estaba un poco revuelto. Cuando nos levantamos, acercamos la furgoneta un poco más al pueblo. La aparcamos en la cuesta arriba que va al camping naturista. De allí bajamos andando al pueblo y dimos un bonito paseo por Baska. Como ya he dicho, el tiempo estaba un poco revuelto y aunque no hacía frío, sí hacía viento. También había bastante oleaje y la verdad es que a nosotros no nos apeteció mucho ir a la playa, pero la gente estaba gozando en el agua. Supongo que será porque allí es muy raro que haya olas. Y bueno, he dicho que estaban gozando, pero ya vimos también a una pareja y a alguno más que lo pasó muy muy mal a la hora de salir del agua, porque les llevaba la corriente y no podían llegar a la orilla. Nosotros nos conformamos con mirar paseando por el paseo de la playa comiéndonos una especie de crep de chocolate que habíamos comprado por 7KN. Muy rico!
Cuando dimos por finalizado el paseo diurno por Baska, volvimos a la furgoneta y subimos a una ermita que hay en un alto. Se puede subir en coche, pero la carretera es estrecha. Desde allí arriba hay unas vistas maravillosas de Baska y de su enorme playa.
De allí tomamos rumbo a Krk. Todos los parkings que encontramos eran de pago o estaban lejísimos, así que aparcamos en uno por 3KN la hora. El problema era que había que pagar por adelantado (era con parquímetro, como muchos en esta isla) y no sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar. Echamos 9KN, para 3 horas. En Krk no hicimos nada especial. Simplemente paseamos por sus calles, vimos el reloj de sol, las murallas y buscamos unos mosaicos que no encontramos. Nos comimos un riquísimo kebap por 25KN cada uno y compramos bebidas en un supermercado por 13,50KN. Seguimos paseando y volvimos a la furgoneta. Aunque no hacía mucho calor, fuimos en busca de una playa cercana a Krk para darnos lo que sería nuestro último chapuzón croata. Llegamos por casualidad a una enorme y animada playa donde había partidos de voley-playa, chiringuitos, toboganes y unos hinchables dentro del agua. Por supuesto para montarse en estos dos últimos había que pagar. El agua estaba un poco fría, aceitosa y no muy limpia. Después de estar un rato allí, nos despedimos de Croacia, gastamos las kunas que nos quedaban, y salimos dirección Italia para acercarnos lo más posible a Venecia.
Llegamos bastante tarde, pero dormimos en una estación de servicio cerca de Venecia.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
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miércoles, 29 de abril de 2009
Día 18: Novi Vinodolsky - Baska
23-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Cuando nos despertamos, recogimos las cosas, le pagamos a la señora y nos fuimos a la furgoneta. Nada más salir de Karlobag vimos una pequeña y bonita cala a la izquierda. Yo tenía ganas de estar un rato en una de esas, pero era pronto por la mañana y no apetecía mucho. Seguimos adelante dirección Baska.
Paramos a comer en un pueblo llamado Novi Vinodolsky. Aprovechamos para darnos un chapuzón en su playa sin demorarnos mucho para no llegar muy tarde a Baska.
Baska está en la isla de Krk, pero hay un puente que une esa isla, es decir, no hay que coger ningún barco. Eso sí, hay que pagar un peaje de 40KN para pasar por el puente. A nosotros nos cobraron sólo al entrar, supongo que será así. Cuando pasamos el puente fuimos directamente hasta Baska. Por el camino vimos a bastante gente vendiendo en las orillas de la carretera queso, miel, etc. La verdad es que al final me quede con las ganas de comprarles algo, porque tenía todo una pinta estupenda.
Cuando entramos al pueblo fuimos a la oficina de turismo donde no nos explicaron gran cosa. Fuimos a la zona donde están los campings y comparamos precios, pero nos parecieron muy caros. Volvimos para la zona del pueblo porque los campings están un poco a las afueras (saliendo del pueblo y yendo hacia la playa, los campings están al final de la playa). También hay un camping naturista justo en la otra punta del pueblo, en un alto (que también nos pareció un poco caro). Intentamos aparcar gratis pero fue misión imposible, así que al final entramos a un parking de pago por 5KN la hora. Creo recordar que a partir de cierta hora de la tarde/noche ya no cobraban, pero no se podía pernoctar allí. Después de dejar allí la furgoneta nos fuimos a dar un paseo por Baska.
Baska tiene una playa enorme, diferente de las demás que habíamos visto. Es una ciudad a donde van muchos croatas en verano (a parte de las turistas). También tiene un pequeño puerto desde donde salen los ferrys hacia otras islas, etc. Hay varios restaurantes y una calle muy animada con casas de colores y tiendas. Había muy buen ambiente en Baska. La gente estaba cenando chopitos, rabas, patatas y demá en chiringuitos a precios bastante económicos. En los restaurantes la comida era más cara, pero había tanto carne, como pescado y también marisco con una pinta de escándalo.
Después del paseo fuimos a coger la furgoneta y subimos siguiendo las señales que indican el ferry por una cuesta arriba hasta un huequillo que encontramos. Desde allí había unas vistas muy chulas de la playa de Baska, pero aún no sabíamos que las mejores vistas las íbamos a tener al día siguiente.
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Cuando nos despertamos, recogimos las cosas, le pagamos a la señora y nos fuimos a la furgoneta. Nada más salir de Karlobag vimos una pequeña y bonita cala a la izquierda. Yo tenía ganas de estar un rato en una de esas, pero era pronto por la mañana y no apetecía mucho. Seguimos adelante dirección Baska.
Paramos a comer en un pueblo llamado Novi Vinodolsky. Aprovechamos para darnos un chapuzón en su playa sin demorarnos mucho para no llegar muy tarde a Baska.
Baska está en la isla de Krk, pero hay un puente que une esa isla, es decir, no hay que coger ningún barco. Eso sí, hay que pagar un peaje de 40KN para pasar por el puente. A nosotros nos cobraron sólo al entrar, supongo que será así. Cuando pasamos el puente fuimos directamente hasta Baska. Por el camino vimos a bastante gente vendiendo en las orillas de la carretera queso, miel, etc. La verdad es que al final me quede con las ganas de comprarles algo, porque tenía todo una pinta estupenda.
Cuando entramos al pueblo fuimos a la oficina de turismo donde no nos explicaron gran cosa. Fuimos a la zona donde están los campings y comparamos precios, pero nos parecieron muy caros. Volvimos para la zona del pueblo porque los campings están un poco a las afueras (saliendo del pueblo y yendo hacia la playa, los campings están al final de la playa). También hay un camping naturista justo en la otra punta del pueblo, en un alto (que también nos pareció un poco caro). Intentamos aparcar gratis pero fue misión imposible, así que al final entramos a un parking de pago por 5KN la hora. Creo recordar que a partir de cierta hora de la tarde/noche ya no cobraban, pero no se podía pernoctar allí. Después de dejar allí la furgoneta nos fuimos a dar un paseo por Baska.
Baska tiene una playa enorme, diferente de las demás que habíamos visto. Es una ciudad a donde van muchos croatas en verano (a parte de las turistas). También tiene un pequeño puerto desde donde salen los ferrys hacia otras islas, etc. Hay varios restaurantes y una calle muy animada con casas de colores y tiendas. Había muy buen ambiente en Baska. La gente estaba cenando chopitos, rabas, patatas y demá en chiringuitos a precios bastante económicos. En los restaurantes la comida era más cara, pero había tanto carne, como pescado y también marisco con una pinta de escándalo.
Después del paseo fuimos a coger la furgoneta y subimos siguiendo las señales que indican el ferry por una cuesta arriba hasta un huequillo que encontramos. Desde allí había unas vistas muy chulas de la playa de Baska, pero aún no sabíamos que las mejores vistas las íbamos a tener al día siguiente.
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lunes, 27 de abril de 2009
Día 17: Parque Nacional de Krka - Karlobag
22-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Como ya he dicho en el post anterior, este día fuimos a visitar el Parque Nacional de Krka. Nada más levantarnos fuimos a comprar las entradas al edificio de cristal que mencioné también en el post anterior. Para el que no lo haya leído o no se acuerde, no vendían las entradas anticipadamente por lo que tuvimos que ir ese mismo día por la mañana. Nos costaron 145KN en total porque a mi me volvieron a hacer descuento con mi viejo carnet de estudiante. Los adultos pagan 80KN y los niños y estudiantes 65KN.
Para llegar al parque hay dos opciones. La primera es ir en un barco que sale cada hora en punto desde el pequeño puerto de Skradin. Este barco entra dentro de la entrada al parque, no hay que pagar nada por ir en él. El barco para volver sale del parque igualmente cada hora, pero en vez de a las horas en punto, a las medias. La segunda opción es ir en bicicleta. Se alquilan en el puerto por unos 7 euros todo el día. Las bicis están en perfecto estado y son buenas. El recorrido en bici hasta el parque es de unos 4 kilómetros y se realiza por un camino de piedra que va bordeando el río hasta llegar a la entrada del parque. Una vez allí, se pueden dejar las bicicletas en el parking para bicis y entrar a visitar el parque. Eso sí, en caso de que vayáis en bici no os olvidéis de llevar agua, sobre todo si vais en horas de mucho calor. Nosotros al final fuimos en barco, pero el camino es muy bonito y llano para hacerlo en bicicleta.
Antes de nada, una pequeña introducción. Las cascadas del parque son un fenómeno cárstico, igual que Plitvice, y la más espectacular es la Skradinski Buk, un salto de agua de unos 800 metros de longitud, con 17 escalones que suman 46 metros. Pero hay muchas más cosas que merecen la pena en este parque, por ejemplo todos los alrededores de las cascadas, que están formados por bosques de todo tipo hasta zonas repletas de juncos y espadañas. Además, si estamos atentos podremos ver numerosas especies de animales. De hecho hay carteles informativos de la fauna y la flora que podemos encontrar en las diferentes zonas del parque. También hay varios miradores desde donde admirar las maravillosas cascadas y disfrutar de las espectaculares vistas.
Cuando llegamos a la entrada, tuvimos que andar sólo unos metros para encontrarnos con la gran cascada Skradinski Buk. ¡Qué maravilla! En esta cascada hay una zona para bañarse, así que si queréis hacerlo no os olvidéis del bañador. Al lado de esa cascada está el restaurante/bar, pero como en la mayoría de estos lugares los precios son abusivos, así que vuelvo a recomendar llevar comida y bebida.
Después de admirar este paisaje y sacar varias fotos desde distintas perspectivas seguimos el camino para ver todo el parque. Según íbamos subiendo, íbamos viendo más cascadas a cada cual más bonita. Nos fuimos asomando en cada mirador para admirar el parque en todo su esplendor. He de decir que me fascinan las cascadas y en ese sentido me gustó mucho más Krka que Plitvice. Este segundo (Plitivice) es más espectacular, más grande, pero Krka tiene unas cascadas magnificas.
A mitad del camino hay unas tiendas de souvenirs de las que pasamos olímpicamente y al lado de ellas hay unos viejos molinos donde todavía hoy se puede moler el trigo de forma tradicional. Se puede entrar a verlos en funcionamiento. Al lado de estos hay un pequeño museo etnográfico donde se pueden ver las antiguas herramientas de trabajo, etc.
El recorrido entero no es muy largo. Nosotros empleamos sólo la mañana en visitar el parque. Todo depende también de si te bañas en la cascada (nosotros no lo hicimos) y esperas a secarte y demás. De esta forma obviamente necesitas más tiempo. Si te lo tomas con calma puedes pasar todo el día y luego volver a Skradin, pero nosotros aprovechamos la tarde para adelantar camino. Después de comernos nuestro bocata cogimos el barco de vuelta y seguimos con la furgoneta hasta Karlobag.
Zadar nos pillaba de paso, pero mirando el tiempo que teníamos y las opiniones de la gente decidimos pasárnoslo. De todas formas os voy a contar algo curioso que hay en Zadar. En esta localidad se halla el órgano más grande del mundo. Pero no hay que buscarlo en una iglesia. Se encuentra en las escalinatas que bajan al agua, en la costa. Y el órgano suena precisamente gracias al vaivén de las olas.
Siguiendo camino a Karlobag, a la izquierda, se podía ver una isla que parecía desierta. Mirando el mapa vimos que era la isla de Pag. Pag es una isla rocosa sin apenas vegetación y se puede alcanzar en ferry o por un puente a la altura de Zadar (pagando 20KN). Pag es un buen lugar para la fiesta. La gente aprovecha las calas vacías para llegar con un DJ y bailar durante días sin molestar a nadie. Bueno, nosotros no fuimos allí, así que poco más os puedo contar. Imagino que se parecerá a lo que os conté de la isla Hvar.
Finalmente llegamos a nuestro destino de ese día, Karlobag. Unos amigos nos habían hablado de una casa que tenía jacuzzi. Decidimos darnos un caprichito y dejar descansar a la furgoneta por un día. Aparcamos en un parking gratuito a la izquierda de la carretera en pleno pueblo (tened en cuenta que nosotros estamos subiendo desde el sur, si venís del norte estará a la derecha). Encontramos la casa sin mayor problema, pero cuando nos dijeron el precio nos lo tuvimos que pensar bastante. 50 euros por una noche!!! Qué barbaridad! Al final accedimos, ya que el jacuzzi y el aire acondicionado nos tiraba mucho (estabamos hasta el moño de pasar calor y un día es un día). Además también íbamos a poder usar la cocina para preparar algo decente tanto para cenar como para comer al día siguiente. La casa era un duplex con unas escaleras de vértigo. Arriba estaba la habitación y una terraza estupenda para cenar al aire libre y abajo estaban la cocina-comedor y el baño. El jacuzzi al final resultó ser una ducha con columna de masajes (no sé cómo se llama eso). También tengo que decir, que tal y como me dijo mi amiga (la que había estado allí el año anterior), se notaba que la dueña tenía dinero. Hay mucha gente que alquila sus casas o habitaciones que necesitan mucho más el dinero, así que si volviera otra vez allí, iría a una casa de una de esas personas.
Una vez nos acomodamos en el piso, preguntamos por la playa y nos fuimos a dar un baño con todos los trastos de snorkel y demás. Cuando llegamos vimos que allí no había ni arena, ni guijarros ni nada de nada. Sólo había hormigón donde la gente echaba sus toallas y se tumbaba. Era como si fuera un puerto (de hecho creo que el puerto estaba allí cerca). Nos llevamos un pequeño chasco y nos preguntamos para qué habríamos llevado el material de snorkel y la cámara acuática a aquella “playa”. Nada más meternos en el agua cambiamos de opinión. IMPRESIONANTE! Vinieron un montón de peces de colores hacia la arena que habíamos levantado al andar. Un momento más tarde vimos un banco de peces preciosos, que cambiaban de color según de donde se les viera y un poco más adelante vimos algo MARAVILLOSO. En pocos metros, el fondo de la playa cogía una profundidad asombrosa, había como un abismo bajo el mar y el agua cogía diferentes tonalidades azules espectaculares. Esa vista sumada a los peces de colores que pasaban por encima del abismo fue realmente bonita. Sólo por eso ya mereció la pena haber parado en Karlobag.
Cuando empezó a anochecer fuimos al piso a darnos una buena ducha con masaje incluido, hicimos la cena y la comida del día siguiente, cenamos tranquilamente en la terraza y nos fuimos a dormir.
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Como ya he dicho en el post anterior, este día fuimos a visitar el Parque Nacional de Krka. Nada más levantarnos fuimos a comprar las entradas al edificio de cristal que mencioné también en el post anterior. Para el que no lo haya leído o no se acuerde, no vendían las entradas anticipadamente por lo que tuvimos que ir ese mismo día por la mañana. Nos costaron 145KN en total porque a mi me volvieron a hacer descuento con mi viejo carnet de estudiante. Los adultos pagan 80KN y los niños y estudiantes 65KN.
Para llegar al parque hay dos opciones. La primera es ir en un barco que sale cada hora en punto desde el pequeño puerto de Skradin. Este barco entra dentro de la entrada al parque, no hay que pagar nada por ir en él. El barco para volver sale del parque igualmente cada hora, pero en vez de a las horas en punto, a las medias. La segunda opción es ir en bicicleta. Se alquilan en el puerto por unos 7 euros todo el día. Las bicis están en perfecto estado y son buenas. El recorrido en bici hasta el parque es de unos 4 kilómetros y se realiza por un camino de piedra que va bordeando el río hasta llegar a la entrada del parque. Una vez allí, se pueden dejar las bicicletas en el parking para bicis y entrar a visitar el parque. Eso sí, en caso de que vayáis en bici no os olvidéis de llevar agua, sobre todo si vais en horas de mucho calor. Nosotros al final fuimos en barco, pero el camino es muy bonito y llano para hacerlo en bicicleta.
Antes de nada, una pequeña introducción. Las cascadas del parque son un fenómeno cárstico, igual que Plitvice, y la más espectacular es la Skradinski Buk, un salto de agua de unos 800 metros de longitud, con 17 escalones que suman 46 metros. Pero hay muchas más cosas que merecen la pena en este parque, por ejemplo todos los alrededores de las cascadas, que están formados por bosques de todo tipo hasta zonas repletas de juncos y espadañas. Además, si estamos atentos podremos ver numerosas especies de animales. De hecho hay carteles informativos de la fauna y la flora que podemos encontrar en las diferentes zonas del parque. También hay varios miradores desde donde admirar las maravillosas cascadas y disfrutar de las espectaculares vistas.
Cuando llegamos a la entrada, tuvimos que andar sólo unos metros para encontrarnos con la gran cascada Skradinski Buk. ¡Qué maravilla! En esta cascada hay una zona para bañarse, así que si queréis hacerlo no os olvidéis del bañador. Al lado de esa cascada está el restaurante/bar, pero como en la mayoría de estos lugares los precios son abusivos, así que vuelvo a recomendar llevar comida y bebida.
Después de admirar este paisaje y sacar varias fotos desde distintas perspectivas seguimos el camino para ver todo el parque. Según íbamos subiendo, íbamos viendo más cascadas a cada cual más bonita. Nos fuimos asomando en cada mirador para admirar el parque en todo su esplendor. He de decir que me fascinan las cascadas y en ese sentido me gustó mucho más Krka que Plitvice. Este segundo (Plitivice) es más espectacular, más grande, pero Krka tiene unas cascadas magnificas.
A mitad del camino hay unas tiendas de souvenirs de las que pasamos olímpicamente y al lado de ellas hay unos viejos molinos donde todavía hoy se puede moler el trigo de forma tradicional. Se puede entrar a verlos en funcionamiento. Al lado de estos hay un pequeño museo etnográfico donde se pueden ver las antiguas herramientas de trabajo, etc.
El recorrido entero no es muy largo. Nosotros empleamos sólo la mañana en visitar el parque. Todo depende también de si te bañas en la cascada (nosotros no lo hicimos) y esperas a secarte y demás. De esta forma obviamente necesitas más tiempo. Si te lo tomas con calma puedes pasar todo el día y luego volver a Skradin, pero nosotros aprovechamos la tarde para adelantar camino. Después de comernos nuestro bocata cogimos el barco de vuelta y seguimos con la furgoneta hasta Karlobag.
Zadar nos pillaba de paso, pero mirando el tiempo que teníamos y las opiniones de la gente decidimos pasárnoslo. De todas formas os voy a contar algo curioso que hay en Zadar. En esta localidad se halla el órgano más grande del mundo. Pero no hay que buscarlo en una iglesia. Se encuentra en las escalinatas que bajan al agua, en la costa. Y el órgano suena precisamente gracias al vaivén de las olas.
Siguiendo camino a Karlobag, a la izquierda, se podía ver una isla que parecía desierta. Mirando el mapa vimos que era la isla de Pag. Pag es una isla rocosa sin apenas vegetación y se puede alcanzar en ferry o por un puente a la altura de Zadar (pagando 20KN). Pag es un buen lugar para la fiesta. La gente aprovecha las calas vacías para llegar con un DJ y bailar durante días sin molestar a nadie. Bueno, nosotros no fuimos allí, así que poco más os puedo contar. Imagino que se parecerá a lo que os conté de la isla Hvar.
Finalmente llegamos a nuestro destino de ese día, Karlobag. Unos amigos nos habían hablado de una casa que tenía jacuzzi. Decidimos darnos un caprichito y dejar descansar a la furgoneta por un día. Aparcamos en un parking gratuito a la izquierda de la carretera en pleno pueblo (tened en cuenta que nosotros estamos subiendo desde el sur, si venís del norte estará a la derecha). Encontramos la casa sin mayor problema, pero cuando nos dijeron el precio nos lo tuvimos que pensar bastante. 50 euros por una noche!!! Qué barbaridad! Al final accedimos, ya que el jacuzzi y el aire acondicionado nos tiraba mucho (estabamos hasta el moño de pasar calor y un día es un día). Además también íbamos a poder usar la cocina para preparar algo decente tanto para cenar como para comer al día siguiente. La casa era un duplex con unas escaleras de vértigo. Arriba estaba la habitación y una terraza estupenda para cenar al aire libre y abajo estaban la cocina-comedor y el baño. El jacuzzi al final resultó ser una ducha con columna de masajes (no sé cómo se llama eso). También tengo que decir, que tal y como me dijo mi amiga (la que había estado allí el año anterior), se notaba que la dueña tenía dinero. Hay mucha gente que alquila sus casas o habitaciones que necesitan mucho más el dinero, así que si volviera otra vez allí, iría a una casa de una de esas personas.
Una vez nos acomodamos en el piso, preguntamos por la playa y nos fuimos a dar un baño con todos los trastos de snorkel y demás. Cuando llegamos vimos que allí no había ni arena, ni guijarros ni nada de nada. Sólo había hormigón donde la gente echaba sus toallas y se tumbaba. Era como si fuera un puerto (de hecho creo que el puerto estaba allí cerca). Nos llevamos un pequeño chasco y nos preguntamos para qué habríamos llevado el material de snorkel y la cámara acuática a aquella “playa”. Nada más meternos en el agua cambiamos de opinión. IMPRESIONANTE! Vinieron un montón de peces de colores hacia la arena que habíamos levantado al andar. Un momento más tarde vimos un banco de peces preciosos, que cambiaban de color según de donde se les viera y un poco más adelante vimos algo MARAVILLOSO. En pocos metros, el fondo de la playa cogía una profundidad asombrosa, había como un abismo bajo el mar y el agua cogía diferentes tonalidades azules espectaculares. Esa vista sumada a los peces de colores que pasaban por encima del abismo fue realmente bonita. Sólo por eso ya mereció la pena haber parado en Karlobag.
Cuando empezó a anochecer fuimos al piso a darnos una buena ducha con masaje incluido, hicimos la cena y la comida del día siguiente, cenamos tranquilamente en la terraza y nos fuimos a dormir.
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viernes, 24 de abril de 2009
Día 16: Sibenik - Skradin
21-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Cuando nos levantamos, pagamos las dos noches de camping. Aquí se podía pagar en kunas o en euros (273KN / 38€). Después de hacer unas comprillas en unos supermercados intentamos de nuevo subir al castillo de Sibenik. Esta vez conseguimos aparcar en un parking por 3KN la hora al lado de los bomberos. Al castillo se puede subir por dos sitios, una es por donde dejamos el coche dejando a los bomberos a la izquierda y la otra creo que es por la misma calle principal del pueblo. Pagamos la entrada al castillo, 20KN cada uno (aquí no había descuentos) y subimos para arriba a admirar las hermosas vistas. El señor que nos vendió las entradas nos explicó cuáles eran las diferentes islas que se veían, cómo y dónde se juntaba el río Krka con el mar, etc.
A mi personalmente las vistas me gustaron, pero me pareció un poco caro, ya que no hay nada más, el castillo está derruido. Gaizka dice que en su opinión es algo que se puede dejar de ver. Ahora cada uno decide.
Cuando bajamos del castillo nos montamos en la furgoneta y nos dirigimos a Skradin. Fuimos allí porque es un pueblo desde donde se suele ir al Parque Nacional de Krka y porque había leído buenas opiniones sobre él. No es un pueblo turístico, pero como está en las puertas del parque pasa mucha gente por él, aunque muchos no se paran ni a verlo. Es un pueblo pequeño pero tiene su encanto. Tiene un pequeño puerto y una pequeña playa. Hay una calle donde las casas están pintadas de colores. Esa es la calle más ancha y por la tarde noche había muy buen ambiente. La gente del pueblo sale a tomar el fresco y los turistas van a tomar algo o a cenar. Aquel día también había música en directo. Pero bueno! Me estoy adelantando!
Al llegar al pueblo dejamos la furgoneta en un sitio donde aparentemente no había que pagar, pero de vez en cuando pasaba un chico a cobrar. Entonces si por casualidad pasa justo cuando aparcas el coche te cobra, sino no. A nosotros nos cobró 20KN, pero dormimos allí y todo. Al lado hay otro aparcamiento de pago, pero no se puede pernoctar en él. Después de esto, lo primero que hicimos fue informarnos sobre las entradas y horarios del Parque Nacional de Krka en un edificio de cristal que está en la calle que rodea el pueblo. Allí es donde venden las entradas, pero nos dijeron que no se podían comprar con antelación, por lo que tuvimos que ir a primera hora del día siguiente que es cuando queríamos ir al parque.
Después de comer y de tomarnos unos ice coffees, fuimos a bañarnos al río, pero no fue una buena idea. Estaba bastante sucio. Hubiera sido mucho mejor ir a pasear por los múltiples caminos que salen del pueblo. Se pueden incluso alquilar bicicletas (valen unos 7 euros todo el día). Cuando nos secamos un poco fuimos a dar una vuelta en dirección a la entrada del parque desde donde vimos unos cisnes y los barcos que volvían del parque. También vimos que había una playita que seguro que estaba mejor que el río donde nos habíamos metido nosotros, pero como vimos que todo el mundo estaba allí tomando el sol y bañándose, dimos por sentado que no había nada más… Cuando empezó a anochecer volvimos al pueblo y tras cenar fuimos a tomar algo y a pasear por las animadas calles de Skradin.
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Cuando nos levantamos, pagamos las dos noches de camping. Aquí se podía pagar en kunas o en euros (273KN / 38€). Después de hacer unas comprillas en unos supermercados intentamos de nuevo subir al castillo de Sibenik. Esta vez conseguimos aparcar en un parking por 3KN la hora al lado de los bomberos. Al castillo se puede subir por dos sitios, una es por donde dejamos el coche dejando a los bomberos a la izquierda y la otra creo que es por la misma calle principal del pueblo. Pagamos la entrada al castillo, 20KN cada uno (aquí no había descuentos) y subimos para arriba a admirar las hermosas vistas. El señor que nos vendió las entradas nos explicó cuáles eran las diferentes islas que se veían, cómo y dónde se juntaba el río Krka con el mar, etc.
A mi personalmente las vistas me gustaron, pero me pareció un poco caro, ya que no hay nada más, el castillo está derruido. Gaizka dice que en su opinión es algo que se puede dejar de ver. Ahora cada uno decide.
Cuando bajamos del castillo nos montamos en la furgoneta y nos dirigimos a Skradin. Fuimos allí porque es un pueblo desde donde se suele ir al Parque Nacional de Krka y porque había leído buenas opiniones sobre él. No es un pueblo turístico, pero como está en las puertas del parque pasa mucha gente por él, aunque muchos no se paran ni a verlo. Es un pueblo pequeño pero tiene su encanto. Tiene un pequeño puerto y una pequeña playa. Hay una calle donde las casas están pintadas de colores. Esa es la calle más ancha y por la tarde noche había muy buen ambiente. La gente del pueblo sale a tomar el fresco y los turistas van a tomar algo o a cenar. Aquel día también había música en directo. Pero bueno! Me estoy adelantando!
Al llegar al pueblo dejamos la furgoneta en un sitio donde aparentemente no había que pagar, pero de vez en cuando pasaba un chico a cobrar. Entonces si por casualidad pasa justo cuando aparcas el coche te cobra, sino no. A nosotros nos cobró 20KN, pero dormimos allí y todo. Al lado hay otro aparcamiento de pago, pero no se puede pernoctar en él. Después de esto, lo primero que hicimos fue informarnos sobre las entradas y horarios del Parque Nacional de Krka en un edificio de cristal que está en la calle que rodea el pueblo. Allí es donde venden las entradas, pero nos dijeron que no se podían comprar con antelación, por lo que tuvimos que ir a primera hora del día siguiente que es cuando queríamos ir al parque.
Después de comer y de tomarnos unos ice coffees, fuimos a bañarnos al río, pero no fue una buena idea. Estaba bastante sucio. Hubiera sido mucho mejor ir a pasear por los múltiples caminos que salen del pueblo. Se pueden incluso alquilar bicicletas (valen unos 7 euros todo el día). Cuando nos secamos un poco fuimos a dar una vuelta en dirección a la entrada del parque desde donde vimos unos cisnes y los barcos que volvían del parque. También vimos que había una playita que seguro que estaba mejor que el río donde nos habíamos metido nosotros, pero como vimos que todo el mundo estaba allí tomando el sol y bañándose, dimos por sentado que no había nada más… Cuando empezó a anochecer volvimos al pueblo y tras cenar fuimos a tomar algo y a pasear por las animadas calles de Skradin.
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miércoles, 22 de abril de 2009
Día 15: Descanso en el camping
20-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Este día lo utilizamos para descansar. Disfrutamos del camping y de su playa, fuimos al pueblo a hacer unas compras y a la tarde fuimos a bañarnos a una cala cercana al camping. Desde esa cala fuimos nadando (ayudados por las aletas y la colchoneta) hasta una islita que había cerca. La isla y la cala son las de las fotos de abajo. Esta isla estaba repleta de erizos de mar. No pudimos disfrutar mucho de la isla porque nuestras toallas y nuestras cosas estaban en un alto en la cala y había gente saltando desde alli al agua. Cuando llegamos ya nos habían puesto las toallas perdidas de pisadas.
Esa noche volvimos a dormir en el camping Jasenovo con el correspondiente calor y los picotazos de los mosquitos.
Por cierto… En el camping hay pinos. Recomiendo no poner nada de ropa a secar debajo de ellos, ya que al día siguiente puede aparecer todo lleno de resina y no hay forma de quitarlo. Nosotros (bueno, en realidad fui yo) pusimos las colchonetas en el suelo con los bañadores encima para que se secaran y al día siguiente una de las colchonetas y el bañador de Gaizka estaban para tirar…. :S
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Este día lo utilizamos para descansar. Disfrutamos del camping y de su playa, fuimos al pueblo a hacer unas compras y a la tarde fuimos a bañarnos a una cala cercana al camping. Desde esa cala fuimos nadando (ayudados por las aletas y la colchoneta) hasta una islita que había cerca. La isla y la cala son las de las fotos de abajo. Esta isla estaba repleta de erizos de mar. No pudimos disfrutar mucho de la isla porque nuestras toallas y nuestras cosas estaban en un alto en la cala y había gente saltando desde alli al agua. Cuando llegamos ya nos habían puesto las toallas perdidas de pisadas.
Esa noche volvimos a dormir en el camping Jasenovo con el correspondiente calor y los picotazos de los mosquitos.
Por cierto… En el camping hay pinos. Recomiendo no poner nada de ropa a secar debajo de ellos, ya que al día siguiente puede aparecer todo lleno de resina y no hay forma de quitarlo. Nosotros (bueno, en realidad fui yo) pusimos las colchonetas en el suelo con los bañadores encima para que se secaran y al día siguiente una de las colchonetas y el bañador de Gaizka estaban para tirar…. :S
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- Webs útiles para viajar a Croacia
martes, 21 de abril de 2009
Día 14: Omis - Split - Zaboric
19-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Cuando nos levantamos, dimos un paseo por Omis donde vimos alguna curiosa tienda de productos de allí. También admiramos el cañón del río Cetina con sus paredes de 400 metros. El cañón es el que podéis ver en la foto. En el río Cetina se pueden practicar deportes como el rafting o se puede pasear tranquilamente en barca. Después de dar un paseo por el cañón y por el pueblo, salimos dirección Split.
La ciudad antigua de Split es una joya arquitectónica declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979. Está construida dentro de un antiguo palacio. Os explico un poco esto para que lo entendáis. Corría el año 293 de nuestra era y el Emperador de Roma del momento, el poderoso Diocleciano, azote de cristianos decidía mandar construir un palacio cerca de su Salona natal, acercándose lo más posible al mar. Debilitado debido a su incipiente vejez, y recién inaugurada su Tetrarquía (compartía poder con otros 3 regentes) quiso fijar una residencia en la Iliria romana para vivir tranquilo en sus últimos años. En el año 305 quedó terminada su villa, compuesta por una fortaleza realmente inexpugnable en cuyo interior quedó fijada su residencia no exenta de lujo y realizada con los materiales más caros de la época, donde permaneció retirado de la vida pública hasta su muerte, ocho años después. Afortunadamente ese lugar ha llegado a nosotros en un buen estado de conservación, ya que forma el centro de la propia Split… El porqué de este uso civil viene del año 614 cuando la población de la vecina Salona huyendo de las invasiones bárbaras se refugió en su interior aprovechando ser un emplazamiento defensivo de primer orden y con una extensión lo suficientemente grande para alojar allí a miles de personas. Éstos, en vez de destruir y dejar diáfano el interior de la fortaleza palaciega, reutilizaron sus dependencias y así fue pasando de padres a hijos quienes a lo largo de los siglos adaptaron las mismas a su vida cotidiana. Así el Mausoleo pasó a ser una Catedral circular en el que se alojan tesoros medievales, el Templo de Júpiter pasó a ser el Baptisterio, y así otras muchas más cosas que han ido modificando su uso hasta la actualidad. Por ello no es de extrañar que los antiguos patios sean ahora pequeñas plazas con animados cafés o que el vestíbulo que llevaba a las habitaciones del Emperador forme parte de las Oficinas municipales.
Los parkings en Split tienen diferente precios según lo cerca que estén del centro y van numerados siguiendo este mismo criterio. Nosotros aparcamos cerca y pagamos 6KN la hora. Más lejos había por 3KN la hora.
No nos habían hablado muy bien de Split, pero por Internet habíamos encontrado opiniones de todo tipo, así que decidimos visitar la ciudad para poder opinar. Una vez más fuimos sorprendidos muy gratamente. Como ya he dicho en posts anteriores, no somos muy de turismo de ciudad, pero esta tenía un encanto especial. Supongo que es por lo que os he contado antes de que está construida sobre un antiguo palacio. Se pueden ver ruinas y arquivoltas por toda la ciudad, sin contar con que por poner algún ejemplo, algunos bares o restaurantes están construidos en los antiguos patios del palacio como os he explicado en el párrafo anterior. Es una ciudad curiosa que yo personalmente sí recomiendo visitar.
Cuando nos entró hambre fuimos a comprar unos bureks de carne y de jamón y queso. Comimos por 35KN los dos ( + 13,50KN de bebidas. Un total de 48,50KN). Además de barato fue el mejor burek que nos comimos en todo el viaje!!! Qué rico estaba!!! Quisimos comprar más pero ya se habían terminado. Ya siento no poder deciros dónde está el sitio donde lo compramos. Era una pequeña tienda y había varias en esa misma calle, así que no os puedo dar ningún tipo de información fiable, ni siquiera sobre el nombre de la calle porque en ese momento no sé ni dónde estábamos.
Después del paseo por Split callejeando por todas las calles, volvimos a la furgoneta y fuimos en busca de un camping con una bonita playa en la zona que tanto nos gustó cuando bajamos hacia el sur, entre Sibenik y Primosten. Encontramos sitio en el camping Jasenovo. Está cerca de un pueblo llamado Zaboric y la entrada está en la misma carretera, así que es fácil de encontrar. De todas formas esa zona está repleta de campings al lado de calas preciosas. Es una costa espectacular. Nosotros intentamos ir a un pequeño camping llamado Camping Thomas porque habíamos visto buenas críticas en Internet, pero estaba lleno. Me imagino que serán todos parecidos.
Nos plantamos en el camping Jasenovo con intención de quedarnos un par de días disfrutando de la maravillosa playa y descansando un poco. Grandísima idea! Además por fin pudimos admirar uno de los tan famosos atardeceres de Croacia. El sol se iba escondiendo en el mar formando unos colores maravillosos.
Terminamos de preparar la cena (ya que el atardecer nos pilló a medio prepararla) y fuimos a comérnosla a la playa para disfrutar del final del atardecer. Después nos comimos unos ricos helados y nos fuimos a dormir. Hacía muchísimo calor, así que tuvimos que abrir las ventanas de la furgoneta. Craso error, porque los mosquitos se dieron un buen banquete con nosotros. Este pequeño incidente nos hizo aprender y ahora hemos fabricado unas estupendas mosquiteras.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
Cuando nos levantamos, dimos un paseo por Omis donde vimos alguna curiosa tienda de productos de allí. También admiramos el cañón del río Cetina con sus paredes de 400 metros. El cañón es el que podéis ver en la foto. En el río Cetina se pueden practicar deportes como el rafting o se puede pasear tranquilamente en barca. Después de dar un paseo por el cañón y por el pueblo, salimos dirección Split.
La ciudad antigua de Split es una joya arquitectónica declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979. Está construida dentro de un antiguo palacio. Os explico un poco esto para que lo entendáis. Corría el año 293 de nuestra era y el Emperador de Roma del momento, el poderoso Diocleciano, azote de cristianos decidía mandar construir un palacio cerca de su Salona natal, acercándose lo más posible al mar. Debilitado debido a su incipiente vejez, y recién inaugurada su Tetrarquía (compartía poder con otros 3 regentes) quiso fijar una residencia en la Iliria romana para vivir tranquilo en sus últimos años. En el año 305 quedó terminada su villa, compuesta por una fortaleza realmente inexpugnable en cuyo interior quedó fijada su residencia no exenta de lujo y realizada con los materiales más caros de la época, donde permaneció retirado de la vida pública hasta su muerte, ocho años después. Afortunadamente ese lugar ha llegado a nosotros en un buen estado de conservación, ya que forma el centro de la propia Split… El porqué de este uso civil viene del año 614 cuando la población de la vecina Salona huyendo de las invasiones bárbaras se refugió en su interior aprovechando ser un emplazamiento defensivo de primer orden y con una extensión lo suficientemente grande para alojar allí a miles de personas. Éstos, en vez de destruir y dejar diáfano el interior de la fortaleza palaciega, reutilizaron sus dependencias y así fue pasando de padres a hijos quienes a lo largo de los siglos adaptaron las mismas a su vida cotidiana. Así el Mausoleo pasó a ser una Catedral circular en el que se alojan tesoros medievales, el Templo de Júpiter pasó a ser el Baptisterio, y así otras muchas más cosas que han ido modificando su uso hasta la actualidad. Por ello no es de extrañar que los antiguos patios sean ahora pequeñas plazas con animados cafés o que el vestíbulo que llevaba a las habitaciones del Emperador forme parte de las Oficinas municipales.
Los parkings en Split tienen diferente precios según lo cerca que estén del centro y van numerados siguiendo este mismo criterio. Nosotros aparcamos cerca y pagamos 6KN la hora. Más lejos había por 3KN la hora.
No nos habían hablado muy bien de Split, pero por Internet habíamos encontrado opiniones de todo tipo, así que decidimos visitar la ciudad para poder opinar. Una vez más fuimos sorprendidos muy gratamente. Como ya he dicho en posts anteriores, no somos muy de turismo de ciudad, pero esta tenía un encanto especial. Supongo que es por lo que os he contado antes de que está construida sobre un antiguo palacio. Se pueden ver ruinas y arquivoltas por toda la ciudad, sin contar con que por poner algún ejemplo, algunos bares o restaurantes están construidos en los antiguos patios del palacio como os he explicado en el párrafo anterior. Es una ciudad curiosa que yo personalmente sí recomiendo visitar.
Cuando nos entró hambre fuimos a comprar unos bureks de carne y de jamón y queso. Comimos por 35KN los dos ( + 13,50KN de bebidas. Un total de 48,50KN). Además de barato fue el mejor burek que nos comimos en todo el viaje!!! Qué rico estaba!!! Quisimos comprar más pero ya se habían terminado. Ya siento no poder deciros dónde está el sitio donde lo compramos. Era una pequeña tienda y había varias en esa misma calle, así que no os puedo dar ningún tipo de información fiable, ni siquiera sobre el nombre de la calle porque en ese momento no sé ni dónde estábamos.
Después del paseo por Split callejeando por todas las calles, volvimos a la furgoneta y fuimos en busca de un camping con una bonita playa en la zona que tanto nos gustó cuando bajamos hacia el sur, entre Sibenik y Primosten. Encontramos sitio en el camping Jasenovo. Está cerca de un pueblo llamado Zaboric y la entrada está en la misma carretera, así que es fácil de encontrar. De todas formas esa zona está repleta de campings al lado de calas preciosas. Es una costa espectacular. Nosotros intentamos ir a un pequeño camping llamado Camping Thomas porque habíamos visto buenas críticas en Internet, pero estaba lleno. Me imagino que serán todos parecidos.
Nos plantamos en el camping Jasenovo con intención de quedarnos un par de días disfrutando de la maravillosa playa y descansando un poco. Grandísima idea! Además por fin pudimos admirar uno de los tan famosos atardeceres de Croacia. El sol se iba escondiendo en el mar formando unos colores maravillosos.
Terminamos de preparar la cena (ya que el atardecer nos pilló a medio prepararla) y fuimos a comérnosla a la playa para disfrutar del final del atardecer. Después nos comimos unos ricos helados y nos fuimos a dormir. Hacía muchísimo calor, así que tuvimos que abrir las ventanas de la furgoneta. Craso error, porque los mosquitos se dieron un buen banquete con nosotros. Este pequeño incidente nos hizo aprender y ahora hemos fabricado unas estupendas mosquiteras.
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jueves, 16 de abril de 2009
Día 13: Isla Hvar (Stari Grad, Hvar, Islas) - Omis
18-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Nos levantamos prontito para estar en la cola del ferry a las 8 y media de la mañana para coger el que va a la isla de Hvar (una de las islas de mayor extensión de Croacia) a las 9, pero cuando llegó el ferry nos quedamos a las puertas de embarcar, porque se llenó antes de que le tocara el turno a nuestra furgoneta. Para que veáis la importancia de ir con tiempo al ferry. Aunque tú hayas pagado el billete, nadie te asegura que vayas a cogerlo a la hora que tú quieres aunque vayas con tiempo. En teoría teníamos que esperar hasta el siguiente ferry que era a las 10 y media, pero por suerte (no sé muy bien porqué) un poco antes de las 10 ya había otro listo para nosotros. El precio para dos adultos y una combi es de 121KN ida y 121KN vuelta. Las autocaravanas pagan bastante más, así que si vais en furgoneta andad al loro y que no os cobren como caravana.
No tardamos mucho en llegar a Sucuraj. Bajamos la furgoneta del ferry y nos dirigimos hacia Stari Grad. Nada más emprender el camino hacia allí nos encontramos con un camping en una cala preciosa de aguas cristalinas y poco profundas en el que de muy buena gana me hubiera quedado, pero había que seguir adelante.
La carretera hasta Jelsa (unos 60km) es muy mala. Es muy estrecha y tiene muchísimas curvas. Nos recordó a las carreteras de Galicia para ir de aldea en aldea. Una vez pasado Jelsa, la carretera mejora y llegamos a Stari Grad. Esta ciudad es el lugar del asentamiento humano más antiguo en la isla y uno de los primeros en las islas del Adriático. De hecho Stari Grad significa "Vieja ciudad". Como dato interesante os diré que en el año 2008 la ciudad fue nombreada Patrimonio de la Humanidad. Aquí también conseguimos aparcar gratis al lado de un aparcamiento de pago justo a la entrada de la ciudad, a mano izquierda, pero la ciudad nos defraudó muchísimo. Habíamos leído que era muy bonita y que era el paraíso de los fotógrafos, pero nos dejó bastante que desear. Igual es que teníamos demasiadas espectaticas, o igual es que no apreciamos el arte y la historia como es debido. Si fuera así, pido perdón, pero no nos gustó demasiado. Después de dar un paseo volvimos a la furgoneta y seguimos hasta Hvar.
Nos costó bastante aparcar en Hvar porque una vez más los parkings eran de pago y nos negamos a pagar. Al final subimos por unas cuestas y encontramos aparcamiento. Como se ve en la foto, la ciudad de Hvar también tiene una muralla. Al llegar abajo, caminamos un poco por sus calles y cuando llegamos al puerto vimos que había unos barquitos que te llevaban a unas islas. Nos informamos un poco de cómo iba el tema y al final nos animamos a ir por 30KN ida y vuelta cada uno. El barco (taxi-boat) pasaba por tres islas y tú te bajabas en la que querías. Cada cierto tiempo (y hasta cierta hora) pasaban de nuevo para volver a Hvar. Se podía coger cualquiera para volver, no hay que esperar al que te llevó. Fuimos hasta la última, que fue la que nos recomendaron y la verdad es que nos sorprendió muy gratamente. Cuando nos bajamos del barco estábamos en una isla con una playa preciosa de agua completamente cristalina y de hermosos colores. Nos adentramos un poco más, hacia donde iba la gente y nos quedamos completamente estupefactos. Estábamos en una especie de “Ibiza”. Había un enorme bar/restaurante que en vez de sillas tenía camas para tomarte lo que habías pedido en una bandejita, es decir, como desayunar en la cama! La parte de la terraza era igual, con camas y enormes sillones. Si todavía pareciera poco, había una piscina de agua salada al lado del mar y de nuevo playa, aunque en este lado de la isla era más complicado poner la toalla porque todo era roca. A todo esto se le sumaba la música del DJ que se oía por toda la isla. Realmente increíble. Como pega hay que decir que los precios del bar/restaurante eran muy altos y si puede entrar como pega, que el agua del mar y de la piscina estaba muy fría.
Volvimos a Hvar para volver a coger el ferry de vuelta pasando de nuevo por aquella carretera infernal. En vez de volver por el mismo sitio, se puede coger un ferry tanto de Hvar como de Stari Grad a otra ciudad (Split y alguna más creo recordar), pero son bastante más caros. Vimos un bello atardecer desde el barco y al llegar a la orilla emprendimos viaje hacia el pintoresco pueblo de Omis.
Cuando llegamos ya era de noche y vimos que eran fiestas del pueblo. Había fuegos artificiales, desfiles, etc. Encontramos un lugar tranquilo para dormir cerca del cañón del río Cetina, que a parte del pueblo en sí, es lo que hay para ver allí. En realidad dormimos en la misma orilla del río, justo detrás del primer túnel que hay.
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Nos levantamos prontito para estar en la cola del ferry a las 8 y media de la mañana para coger el que va a la isla de Hvar (una de las islas de mayor extensión de Croacia) a las 9, pero cuando llegó el ferry nos quedamos a las puertas de embarcar, porque se llenó antes de que le tocara el turno a nuestra furgoneta. Para que veáis la importancia de ir con tiempo al ferry. Aunque tú hayas pagado el billete, nadie te asegura que vayas a cogerlo a la hora que tú quieres aunque vayas con tiempo. En teoría teníamos que esperar hasta el siguiente ferry que era a las 10 y media, pero por suerte (no sé muy bien porqué) un poco antes de las 10 ya había otro listo para nosotros. El precio para dos adultos y una combi es de 121KN ida y 121KN vuelta. Las autocaravanas pagan bastante más, así que si vais en furgoneta andad al loro y que no os cobren como caravana.
No tardamos mucho en llegar a Sucuraj. Bajamos la furgoneta del ferry y nos dirigimos hacia Stari Grad. Nada más emprender el camino hacia allí nos encontramos con un camping en una cala preciosa de aguas cristalinas y poco profundas en el que de muy buena gana me hubiera quedado, pero había que seguir adelante.
La carretera hasta Jelsa (unos 60km) es muy mala. Es muy estrecha y tiene muchísimas curvas. Nos recordó a las carreteras de Galicia para ir de aldea en aldea. Una vez pasado Jelsa, la carretera mejora y llegamos a Stari Grad. Esta ciudad es el lugar del asentamiento humano más antiguo en la isla y uno de los primeros en las islas del Adriático. De hecho Stari Grad significa "Vieja ciudad". Como dato interesante os diré que en el año 2008 la ciudad fue nombreada Patrimonio de la Humanidad. Aquí también conseguimos aparcar gratis al lado de un aparcamiento de pago justo a la entrada de la ciudad, a mano izquierda, pero la ciudad nos defraudó muchísimo. Habíamos leído que era muy bonita y que era el paraíso de los fotógrafos, pero nos dejó bastante que desear. Igual es que teníamos demasiadas espectaticas, o igual es que no apreciamos el arte y la historia como es debido. Si fuera así, pido perdón, pero no nos gustó demasiado. Después de dar un paseo volvimos a la furgoneta y seguimos hasta Hvar.
Nos costó bastante aparcar en Hvar porque una vez más los parkings eran de pago y nos negamos a pagar. Al final subimos por unas cuestas y encontramos aparcamiento. Como se ve en la foto, la ciudad de Hvar también tiene una muralla. Al llegar abajo, caminamos un poco por sus calles y cuando llegamos al puerto vimos que había unos barquitos que te llevaban a unas islas. Nos informamos un poco de cómo iba el tema y al final nos animamos a ir por 30KN ida y vuelta cada uno. El barco (taxi-boat) pasaba por tres islas y tú te bajabas en la que querías. Cada cierto tiempo (y hasta cierta hora) pasaban de nuevo para volver a Hvar. Se podía coger cualquiera para volver, no hay que esperar al que te llevó. Fuimos hasta la última, que fue la que nos recomendaron y la verdad es que nos sorprendió muy gratamente. Cuando nos bajamos del barco estábamos en una isla con una playa preciosa de agua completamente cristalina y de hermosos colores. Nos adentramos un poco más, hacia donde iba la gente y nos quedamos completamente estupefactos. Estábamos en una especie de “Ibiza”. Había un enorme bar/restaurante que en vez de sillas tenía camas para tomarte lo que habías pedido en una bandejita, es decir, como desayunar en la cama! La parte de la terraza era igual, con camas y enormes sillones. Si todavía pareciera poco, había una piscina de agua salada al lado del mar y de nuevo playa, aunque en este lado de la isla era más complicado poner la toalla porque todo era roca. A todo esto se le sumaba la música del DJ que se oía por toda la isla. Realmente increíble. Como pega hay que decir que los precios del bar/restaurante eran muy altos y si puede entrar como pega, que el agua del mar y de la piscina estaba muy fría.
Volvimos a Hvar para volver a coger el ferry de vuelta pasando de nuevo por aquella carretera infernal. En vez de volver por el mismo sitio, se puede coger un ferry tanto de Hvar como de Stari Grad a otra ciudad (Split y alguna más creo recordar), pero son bastante más caros. Vimos un bello atardecer desde el barco y al llegar a la orilla emprendimos viaje hacia el pintoresco pueblo de Omis.
Cuando llegamos ya era de noche y vimos que eran fiestas del pueblo. Había fuegos artificiales, desfiles, etc. Encontramos un lugar tranquilo para dormir cerca del cañón del río Cetina, que a parte del pueblo en sí, es lo que hay para ver allí. En realidad dormimos en la misma orilla del río, justo detrás del primer túnel que hay.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
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martes, 7 de abril de 2009
Día 12: Mali Ston - Mostar - Drvenik
17-08-08 (Leer el día anterior / Leer el día siguiente)
Nos levantamos y emprendimos viaje hacia Bosnia. En la aduana piden el pasaporte y la carta verde. Sin estos dos documentos no se puede pasar. Hay que tener mucho cuidado con la velocidad, porque hay policías a cada paso en las carreteras.
Al entrar en Bosnia echamos gasolina porque estaba algo más barata, unos 10 céntimos de euro menos por litro (Bosnia: 2,48KM por litro (1,24 euros), Croacia: 9,31KN por litro (1,31 euros)). A la hora de calcular precios, acordaros que los precios en Croacia están en kunas (KN, 1€ es más o menos 7,1 kunas) y en Bosnia están en marcos (KM, 1€ es más o menos 2 marcos). Y no os fiéis mucho de los precios de la gasolina que os pongo aquí ahora porque nosotros fuimos cuando más cara estaba la gasolina, tanto en España, como en Croacia o cualquier otro lugar.
Llegamos a Mostar y seguimos los carteles de centro ciudad, lo que nos dio la oportunidad de ver los destrozos que causó la guerra: edificios destruidos, casa agujereadas… Después de esta vuelta en coche, seguimos los carteles hacia Stari Most, que como su nombre indica (Stari Most significa viejo puente) son los que llevan al famoso puente de Mostar.
Ahora un poco de historia. Stari Most es uno de los monumentos históricos más famosos de la antigua Yugoslavia. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad. El puente, que data del siglo XVI y que fue construido por arquitectos turcos hacía 500 años, siempre ha sido considerado como un símbolo de la sociedad multiétnica de Bosnia. Tiene una anchura de 4 metros y una longitud de 30. Lo flanquean dos torres, la Torre Halebija y la Torre Tara, añadidas en el siglo XVII. Fue volado el 9 de noviembre de 1993, convirtiéndose en un símbolo del conflicto que entre 1992 y 1995 dejó más de 200.000 muertos. Su destrucción, obra de las fuerzas croatas, ilustra gráficamente cómo las relaciones entre los bosnios musulmanes, los serbios y los croatas se deterioraron hasta desembocar en una guerra fraticida.
Con la llegada de la paz se iniciaron los trabajos de reconstrucción. Un largo trabajo, que se prolongó por años, llevó a levantar según los antiguos métodos y tradiciones el nuevo puente y sus edificios aledaños. El 23 de julio de 2004 se reinauguró el puente. Es un símbolo muy importante de la reconciliación nacional en Bosnia Herzegovina.
Aparcamos la furgoneta cerca del puente, en un parking donde había un chico cobrando. Costaba 1 euro la hora o 5 euros todo el día. Como no sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar, le dimos 5 euros para evitar tener que volver, etc. La verdad es que hicimos bien porque estuvimos más de 5 horas por ahí.
Después de dejar la furgoneta nos adentramos en unas calles de piedrecitas llenas de tiendas y de turistas. Por cierto, aconsejo llevar buen calzado porque las piedrecitas resbalan bastante. A pesar de estar lleno de tiendas y de turistas, es un lugar muy bonito y con muchísimo encanto.
Llegamos hasta el puente por donde pasa el río de un color verde-azulado precioso. Tiene una altura espectacular, pero impresiona mucho más cuando ves tirarse a unos chicos del punto más alto del puente al río. Están allí todo el día haciendo eso después de pasar la gorra a los turistas.
Una vez pasamos el maravilloso puente, a la derecha, vimos una exposición de fotos gratuita y no dudamos en entrar. Son fotos de la guerra tomadas en ese mismo lugar. Impresiona muchísimo ver cómo estaba el sitio en el que te encuentras actualmente hacía unos años. Todo completamente destruido, se ve el puente en sus diferentes etapas de destrucción, las casas totalmente derrumbadas y todos los escombros donde ahora hay una hermosa calle.
Más adelante está la oficina de turismo, donde nos atendieron en un perfecto castellano. Aprovechando esto, le hicimos unas cuántas preguntas incluyendo la recomendación de comida típica de allí. Nos recomendó tres cosas:
- Cevapi o Cepapici. 10 trozos de carne con pan de pita y cebolla como acompañamiento. Vale alrededor de 4 euros el plato de 10 trozos de carne (también hay de 5 trozos)
- Burek. Una masa con carne picada tipo american pie, o empanada. Vale alrededor de un euro, y con eso puedes hacer una comida tranquilamente.
- Baklava. Un dulce bastante fuerte con nueces.
Seguimos callejeando un poco más por aquellas maravillosas calles donde también pudimos observar los destrozos que hizo la guerra, ya que aunque esta zona esta reconstruida, aún quedan pruebas de lo que pasó. Sin ir más lejos de una terraza de un bar se pueden ver los tiros en las paredes de las casas (ver foto). Después de este paseo fuimos a comer a un restaurante y decidimos probar el cevapi. Estaba riquísimo, tal y como nos dijo la chica de la oficina de turismo. El burek no lo probamos en Bosnia, pero sí en Croacia y está también de escándalo, sobre todo el que comimos en Split. En el restaurante de Mostar pudimos pagar en euros (13 euros por los dos platos bebidas incluidas), pero no tenían para darnos los 2 euros de vuelta, así que nos devolvieron 4KM. Con esto fuimos a tomarnos dos cafés a un bar que está dentro de una cueva. Es un lugar precioso (y muy fresquito) y está muy bien ambientado (ver foto). Cuando nos terminamos el café y descansamos un poco allí tumbados (había sofas y cojines, etc) fuimos hasta el río para poder ver el puente desde abajo y volver a ver a los chicos que se tiran del puente desde otra perspectiva.
Finalmente cogimos la furgoneta y volvimos hacia Croacia. En mi sincera opinión, creo que Bosnia es un país que tiene muchas cosas que ofrecer por lo que pude ver por el camino y por los folletos que vi en la oficina de turismo, pero eso lo tendremos que dejar para otro viaje.
Como no habíamos ido ni a Mljet ni a las islas Kornati, decidimos ir al día siguiente a la isla Hvar, así que nos dirigimos hacia Drvenik que es de donde sale el ferry hacia esa isla. Primero nos informamos de los horarios y de los precios de los ferrys y luego fuimos a dormir al camping Ciste.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
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Nos levantamos y emprendimos viaje hacia Bosnia. En la aduana piden el pasaporte y la carta verde. Sin estos dos documentos no se puede pasar. Hay que tener mucho cuidado con la velocidad, porque hay policías a cada paso en las carreteras.
Al entrar en Bosnia echamos gasolina porque estaba algo más barata, unos 10 céntimos de euro menos por litro (Bosnia: 2,48KM por litro (1,24 euros), Croacia: 9,31KN por litro (1,31 euros)). A la hora de calcular precios, acordaros que los precios en Croacia están en kunas (KN, 1€ es más o menos 7,1 kunas) y en Bosnia están en marcos (KM, 1€ es más o menos 2 marcos). Y no os fiéis mucho de los precios de la gasolina que os pongo aquí ahora porque nosotros fuimos cuando más cara estaba la gasolina, tanto en España, como en Croacia o cualquier otro lugar.
Llegamos a Mostar y seguimos los carteles de centro ciudad, lo que nos dio la oportunidad de ver los destrozos que causó la guerra: edificios destruidos, casa agujereadas… Después de esta vuelta en coche, seguimos los carteles hacia Stari Most, que como su nombre indica (Stari Most significa viejo puente) son los que llevan al famoso puente de Mostar.
Ahora un poco de historia. Stari Most es uno de los monumentos históricos más famosos de la antigua Yugoslavia. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad. El puente, que data del siglo XVI y que fue construido por arquitectos turcos hacía 500 años, siempre ha sido considerado como un símbolo de la sociedad multiétnica de Bosnia. Tiene una anchura de 4 metros y una longitud de 30. Lo flanquean dos torres, la Torre Halebija y la Torre Tara, añadidas en el siglo XVII. Fue volado el 9 de noviembre de 1993, convirtiéndose en un símbolo del conflicto que entre 1992 y 1995 dejó más de 200.000 muertos. Su destrucción, obra de las fuerzas croatas, ilustra gráficamente cómo las relaciones entre los bosnios musulmanes, los serbios y los croatas se deterioraron hasta desembocar en una guerra fraticida.
Con la llegada de la paz se iniciaron los trabajos de reconstrucción. Un largo trabajo, que se prolongó por años, llevó a levantar según los antiguos métodos y tradiciones el nuevo puente y sus edificios aledaños. El 23 de julio de 2004 se reinauguró el puente. Es un símbolo muy importante de la reconciliación nacional en Bosnia Herzegovina.
Aparcamos la furgoneta cerca del puente, en un parking donde había un chico cobrando. Costaba 1 euro la hora o 5 euros todo el día. Como no sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar, le dimos 5 euros para evitar tener que volver, etc. La verdad es que hicimos bien porque estuvimos más de 5 horas por ahí.
Después de dejar la furgoneta nos adentramos en unas calles de piedrecitas llenas de tiendas y de turistas. Por cierto, aconsejo llevar buen calzado porque las piedrecitas resbalan bastante. A pesar de estar lleno de tiendas y de turistas, es un lugar muy bonito y con muchísimo encanto.
Llegamos hasta el puente por donde pasa el río de un color verde-azulado precioso. Tiene una altura espectacular, pero impresiona mucho más cuando ves tirarse a unos chicos del punto más alto del puente al río. Están allí todo el día haciendo eso después de pasar la gorra a los turistas.
Una vez pasamos el maravilloso puente, a la derecha, vimos una exposición de fotos gratuita y no dudamos en entrar. Son fotos de la guerra tomadas en ese mismo lugar. Impresiona muchísimo ver cómo estaba el sitio en el que te encuentras actualmente hacía unos años. Todo completamente destruido, se ve el puente en sus diferentes etapas de destrucción, las casas totalmente derrumbadas y todos los escombros donde ahora hay una hermosa calle.
Más adelante está la oficina de turismo, donde nos atendieron en un perfecto castellano. Aprovechando esto, le hicimos unas cuántas preguntas incluyendo la recomendación de comida típica de allí. Nos recomendó tres cosas:
- Cevapi o Cepapici. 10 trozos de carne con pan de pita y cebolla como acompañamiento. Vale alrededor de 4 euros el plato de 10 trozos de carne (también hay de 5 trozos)
- Burek. Una masa con carne picada tipo american pie, o empanada. Vale alrededor de un euro, y con eso puedes hacer una comida tranquilamente.
- Baklava. Un dulce bastante fuerte con nueces.
Seguimos callejeando un poco más por aquellas maravillosas calles donde también pudimos observar los destrozos que hizo la guerra, ya que aunque esta zona esta reconstruida, aún quedan pruebas de lo que pasó. Sin ir más lejos de una terraza de un bar se pueden ver los tiros en las paredes de las casas (ver foto). Después de este paseo fuimos a comer a un restaurante y decidimos probar el cevapi. Estaba riquísimo, tal y como nos dijo la chica de la oficina de turismo. El burek no lo probamos en Bosnia, pero sí en Croacia y está también de escándalo, sobre todo el que comimos en Split. En el restaurante de Mostar pudimos pagar en euros (13 euros por los dos platos bebidas incluidas), pero no tenían para darnos los 2 euros de vuelta, así que nos devolvieron 4KM. Con esto fuimos a tomarnos dos cafés a un bar que está dentro de una cueva. Es un lugar precioso (y muy fresquito) y está muy bien ambientado (ver foto). Cuando nos terminamos el café y descansamos un poco allí tumbados (había sofas y cojines, etc) fuimos hasta el río para poder ver el puente desde abajo y volver a ver a los chicos que se tiran del puente desde otra perspectiva.
Finalmente cogimos la furgoneta y volvimos hacia Croacia. En mi sincera opinión, creo que Bosnia es un país que tiene muchas cosas que ofrecer por lo que pude ver por el camino y por los folletos que vi en la oficina de turismo, pero eso lo tendremos que dejar para otro viaje.
Como no habíamos ido ni a Mljet ni a las islas Kornati, decidimos ir al día siguiente a la isla Hvar, así que nos dirigimos hacia Drvenik que es de donde sale el ferry hacia esa isla. Primero nos informamos de los horarios y de los precios de los ferrys y luego fuimos a dormir al camping Ciste.
Links a los apartados que considero de mayor importancia:
- Recomendaciones de qué llevar y qué no llevar
- Tema del dinero, divisas, cambios, etc.
- Información importante
- Presupuesto del viaje
- Itinerario resumido
- Webs útiles para viajar a Croacia
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